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jueves, 27 de junio de 2019

EL ENSAYO 

Casi todos los ensayos modernos están escritos en prosa. Si bien los ensayos suelen ser breves, también hay obras muy voluminosas como la de John Locke Ensayo sobre el entendimiento humano.
En países como Estados Unidos o Canadá, los ensayos se han convertido en una parte importante de la educación. Así, a los estudiantes de secundaria se les enseña formatos estructurados de ensayo para mejorar sus habilidades de escritura, o en humanidades y ciencias sociales se utilizan a menudo los ensayos como una forma de evaluar el conocimiento de los estudiantes en los exámenes finales, o ensayos de admisión son utilizados por universidades en la selección de sus alumnos.
Por otra parte, el concepto de "ensayo" se ha extendido a otros ámbitos de expresión fuera de la literatura, por ejemplo: un "ensayo fílmico" es una película centrada en la evolución de un tema o idea; o un "ensayo fotográfico" es la forma de cubrir un tema por medio de una serie enlazada de fotografías.
El ensayo literario se caracteriza por su amplitud en tratar los temas. La mayoría parten de una obra literaria pero el ensayo literario no se limita a su estudio exclusivo. Es un texto subjetivo donde se combinan la experiencia del ensayista, hábitos de estudio, trabajo literario y opiniones de una persona que muestra interés en la literatura. Los ensayos literarios tienen características comunes: subjetividad, sencillez y estilo del ensayista. Así busca resaltar el punto de vista, reflexiones literarias y pensamiento del autor.  En cambio el ensayo científico trata un tema del campo de las ciencias formales, naturales y sociales con creatividad, logrando una combinación del razonamiento científico con el pensamiento creativo del ensayista. En el ensayo científico se toma de la ciencia la meta, que es buscar y explorar la realidad en busca de la verdad. Del aspecto artístico toma la belleza y la expresión a través de la creatividad sin descuidar el rigor del método científico y la objetividad de las ciencias.
El ensayo es una pieza escrita que pertenece al género literario. Esta se caracteriza por el desarrollo de un tema de manera libre y personal. Comúnmente, se escriben ensayos para manifestar una opinión o una idea, y la pieza escrita no se rige a una estructura de redacción específica ni tiene que documentar sus puntos de vista exhaustivamente.
A diferencia del texto científico, el ensayista no debe sustentar sus puntos de vista con pruebas verificables, sino que se limita a expresar su percepción acerca de un determinado tema, de ahí que no todos los ensayos tengan citas o bibliografía.

Tipos de ensayo

Aunque todos los ensayos responden a la voluntad personal de un autor de expresar sus puntos de vista acerca de un tema, se suelen dividir los ensayos en críticos, argumentativos, y expositivos. Pero como todo ensayo se basa en argumentos, es expositivo y argumentativo a la vez, y al mismo tiempo es crítico, ya que juzga una determinada cuestión.
También se suman a esta lista los ensayos literarios y los científicos, pero en general todos responde a la misma vocación de expresar puntos de vista personales acerca de un tema particular, ya sea partiendo de una obra literaria, de un texto dramático, de una causa social, de una anécdota personal, de una película de cine, de un diario de viajes, o de un punto de vista político o religioso, entre otros miles de posibles temas. 

Los ensayos, a diferencias de textos académicos como las tesis de investigación o monografías, no requieren de seguir un método científico de investigación para ser realizados, pero sí de una gran habilidad de expresión y argumentación por parte de su
 1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la ciencia, es decir, tiene un elemento creativo literario- y otro lógico - de manejo de ideas-. En esa doble esencia del ensayo (algunos hablarán por eso de un género híbrido) es donde radica su potencia y su dificultad. Por ser un centauro mitad de una cosa y mitad de otra, el ensayo puede cobijar todas las áreas del conocimiento, todos los temas. Sin embargo, sea el motivo que fuere, el ensayo necesita de una "fineza" de escritura que lo haga altamente literario. 

2. Un ensayo no es un comentario (la escritura propia de la opinión) sino una reflexión, casi siempre a partir de la reflexión de otros (esos otros no necesariamente tienen que estar explícitos, aunque, por lo general, se los menciona a pie de página o en las notas o referencias). Por eso el ensayo se mueve más en los juicios y en el poder de los argumentos, no son opiniones gratuitas. En el ensayo se deben sustentar las ideas, mejor aún, la calidad de un ensayo se mide por la calidad de las ideas, por la manera como las expone, las confronta, las pone en consideración. Si no hay argumentos de peso, si no se han trabajado de antemano, el ensayo cae en el mero parecer, en la mera suposición.

3. Un ensayo discurre. Es discurso pleno. Los buenos ensayos se encadenan, se engarzan de manera coherente. No es poniendo una idea tras otra, no es sumando ideas como se compone un buen ensayo; es tejiéndolas de manera organizada; jerarquizando las ideas, sopesándolas (recordemos que ensayo viene de  “exagium”, que significa, precisamente, pesar y medir, poner en la balanza). Si en un ensayo no hay una lógica de composición, así como en la música, difícilmente los resultados serán aceptables. De allí también la importancia de un plan, de un esbozo, de un mapa-guía para la elaboración del ensayo.

4. En tanto que discurso, el ensayo requiere del buen uso de los conectores (se debe disponer de una reserva de ellos); los conectores son como las bisagras, los engarces necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Existen conectores de relación, de consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir o para enfatizar. Y a la par
de los conectores, es indispensable un excelente manejo de los signos de puntuación. Gracias a la coma y al punto y coma (este es uno de los signos más difíciles de usar), gracias al punto seguido, es como el ensayo respira, tiene un ritmo, una transpiración. Es el conocimiento inadecuado o preciso de los signos de puntuación lo que convierte a nuestros ensayos en monótonos o livianos, interesantes o densos, ágiles o farragosos.

Hay dos grandes tipos de ensayos: uno línea Montaigne (pueden leerse, por ejemplo, "De cómo el filosofar es aprender a morir”, "De la amistad" "De los libros"); y otro, línea Bacon (léanse al menos dos: "De los estudios", "De las vicisitudes de las cosas"). En el primer caso el ensayo es más subjetivo, abunda la citación - de manera muy propia- ; en el segundo, el ensayo es más objetivo, y no hay ninguna referencia explícita, o son muy escasas. Tanto Montaigne como Bacon son maestros para desarrollar las ideas. Tanto uno como otro hacen lo evidente, profundo; lo cotidiano, sorprendente. Ambos apelan a otras voces, ambos recurren al pasado -a otros libros- para exponer sus puntos de vista. Ambos emiten un juicio: se aventuran a exponer su pensamiento. Es importante releer a estos dos autores; fuera de ser un goce y un reencuentro con la buena prosa, son ensayosmodelo, aprovechables por cualquiera que desee aprender o perfeccionar su escritura ensayística. En el mismo sentido, deberíamos apropiamos de la creación ensayística de Emerson y Chesterton, recomendada una y otra vez por Jorge Luis Borges.

Otros ensayos exquisitos son los escritos por Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Un mexicano y un dominicano. Ensayos de peso con profundidad y sobre todo, realizados con todos los recursos literarios y el poder de la imaginación. Quién que haya leído "Notas sobre la inteligencia americana” de Reyes, o "Seis ensayos en busca de nuestra expresión" de Ureña, no ha sentido como una revelación de la escritura potente, de la escritura gestora de mundos. Hay una "marca de estilo” en estos dos ensayistas. Una "impronta" personalísima, que pone al ensayo en el mismo nivel del cuento o el poema. Cuando uno lee los ensayos de Reyes o de Ureña, lo que lee - además de un pensamiento vigoroso- es una excelente literatura.

Reyes y Ureña son los iniciadores, por decirlo así, de una larga tradición que va hasta Sábato y Borges. Consúltese la compilación “El ensayo hispanoamericano del siglo XX”, hecha por John Skirius; en ese texto se condensan voces de ensayistas latinoamericanos valiosos: Manuel González Prada, Fernando Ortiz, José Carlos Mariátegui, Ezequiel Martínez Estrada, Luis Alberto Sánchez, Germán Arciniegas, Arturo Uslar Pietri, Eduardo Caballero Calderón, Enrique Anderson Imbert...y por supuesto, Octavio Paz, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez. Puede mirarse, de igual manera, la selección hecha por José Luis Martínez, “El ensayo mexicano moderno”; en este libro resaltan los ensayos de José Vasconcelos, Ramón López Velarde, Julio Torri, Xavier Villaurrutia, Jorge Cuesta, Edmundo O'Gorman y Leopoldo Zea, entre otros. Y para una perspectiva más nuestra, sería Interesante y necesario conocer la selección elaborada por Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo-Borda, “Ensayistas colombianos del siglo XX”; en esta selección
descubriremos voces poco conocidas, la de Baldomero Sanín Cano ("De lo exótico", "La civilización manual") y la de Hernando Tellez ("La originalidad literaria”, "Traducción"). Basten estos textos y estos autores para mostrar cómo hay una enorme tradición en la producción ensayística. Tómense, entonces, como abrebocas o "textos de iniciación".

¿Cuál es su clasificación?


Ensayo poético o literario: en este lo poético predomina sobre lo conceptual. Se ve el mundo, el paisaje y a los hombres a través de la sensibilidad del autor. Ejemplo: Otras inquisiciones de Jorge Luis Borges.

Ensayo de exposición de ideas: es aquel cuyo propósito es comunicar al lector una serie de ideas de carácter científico, político, filosófico, social, etc. Por ejemplo, América en Europa de Germán Arciniegas. También puede consultarse la selección elaborada por Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo Borda, publicada por Colcultura, titulada Ensayistas colombianos del siglo XX.

Ensayo analítico – crítico: en este ensayo se analiza y enjuicia con profundidad una idea, una obra o alguna actividad humana. Por tanto, no es la suma de primeras impresiones o de opiniones sin fundamento. Son representativos en este campo los ensayos de Ortega y Gasset, La historia de un deicidio de Vargas Llosa, La poesía inconclusa de Andrés Holguín, entre otros.

Ensayo argumentativo: es un discurso argumentativo que presenta la opinión del autor acerca de un tema, con el propósito de persuadir o convencer al lector. Dicha opinión debe sustentarse por medio de argumentos relevantes, sólidos y contundentes. Para ello, se pueden utilizar ejemplos, citas textuales, comparaciones, explicaciones, definiciones, descripciones, entre otras formas.

¿Cuál es la superestructura?


Título: el título identifica el tema o macroestructura del ensayo a tratar y debe siempre guardar relación literaria y de contenido. Sin embargo, el título puede ser metafórico y no siempre ser descriptivo o informativo de manera literal.

Introducción: el escritor cautiva la atención del lector y se presenta el tema. En esta parte se guía al lector para que sepa de qué se tratará el ensayo sobre el que se argumentará.

Desarrollo: cuerpo del ensayo en donde se sustenta la tesis y exponen las ideas, a partir de argumentos, criterios y juicios de valor.

Conclusiones: parte del texto que permite reexaminar la tesis y establecer inquietudes, afirmaciones y apreciaciones que conduzcan a motivar e incentivar nuevas lecturas e interpretaciones sobre el asunto desarrollado en el ensayo.
 


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