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jueves, 27 de junio de 2019

DIVERSIDAD LINGUISTICA

La diversidad hace referencia a la abundancia de cosas distintas, la variedad y la diferencia. La lingüística, por su parte, es aquello perteneciente o relativo al lenguaje (el sistema de comunicación que nos permite abstraer y comunicar conceptos) o la lengua (el sistema de comunicación verbal propio de los seres humanos).
La diversidad hace referencia a la abundancia de cosas distintas, la variedad y la diferencia. La lingüística, por su parte, es aquello perteneciente o relativo al lenguaje (el sistema de comunicación que nos permite abstraer y comunicar conceptos) o la lengua (el sistema de comunicación verbal propio de los seres humanos).

La diversidad lingüística es la coexistencia de una multiplicidad de lenguas dentro de un
determinado espacio geográfico.
Como tal, el concepto de diversidad lingüística se emplea para hacer referencia a situaciones de convivencia de un conjunto de comunidades que hablan lenguas distintas y que comparten determinadas regiones o territorios. De allí que la diversidad lingüística implique también que existan condiciones que propicien y faciliten la preservación y el respeto mutuo de las lenguas coexistentes.
Resultado de imagen para DIVERSIDAD LINGUISTICAEn este sentido, las regiones del mundo que se caracterizan por una mayor diversidad lingüística son aquellas que se encuentran más aisladas, y que han sido pobladas, a lo largo de los siglos, por grupos humanos pequeños que no imponían a los otros su lengua.
Por su lado, las regiones del planeta menos diversas lingüísticamente son aquellas que se han conformado como unidades políticas y territoriales desde hace siglos, o que han sido sometidas a procesos de colonización, o han padecido una fuerte influencia cultural por parte de una potencia extranjera, entre otras cosas.
En este sentido, Nueva Guinea es la región que ostenta mayor diversidad lingüística en el mundo, mientras que el continente europeo se caracteriza por ser la de menor diversidad.
El caso del continente americano, por su parte, es intermedio. La existencia de una gran cantidad de lenguas indígenas, principalmente en los territorios del suroeste de México y Guatemala, así como en la selva amazónica, y que incluye países como Brasil, Colombia, Perú, Ecuador y Bolivia, le otorga a América, aún, una situación de diversidad lingüística que, no obstante, debido a globalización y el peso cultural del español y el portugués, amenaza con disminuir con el paso de los siglos.
La mayor parte de las lenguas habladas en el mundo se reparten entre los continentes asiático y africano, con 32% cada uno; a continuación, le sigue la zona del Pacífico con 18%, América con 15%, y Europa, con tan solo 3% de la totalidad de las lenguas habladas, aunque, no obstante, entre ellas se cuentan cuatro de las lenguas más habladas y difundidas del mundo (español, inglés, ruso y francés).
Actualmente, en el mundo se maneja que existen más de 6.000 lenguas, sin embargo, más de 50% de ellas se encuentra en peligro de desaparecer en las próximas décadas.
Diversidad lingüística y diversidad cultural
La diversidad lingüística propicia situaciones de diversidad cultural, es decir, lugares donde comunidades lingüísticas de diferentes culturas tienen la posibilidad de convivir e interactuar. Como consecuencia, se genera un diálogo intercultural enriquecedor, una conciencia de respeto hacia el otro diferente, y la oportunidad de aprender a convivir armónicamente, con respeto a las diferentes identidades culturales, tradiciones y religiones que caracterizan a cada cultura.
Resultado de imagen para DIVERSIDAD LINGUISTICASi a un hablante de una zona monolingüe de, pongamos, España, se le pregunta por la cantidad de lenguas que se hablan en su país, lo más probable es que, tras unos instantes de recuento, responda con un claro “cuatro” o “cinco”.
Se le pide entonces amablemente que defina a qué lenguas se refiere, para lo que seguramente enumere las que sociopolíticamente se consideran las lenguas de España: castellano, gallego, catalán, valenciano y vasco. Nada dirá, probablemente, de otras lenguas que se hablan en nuestro país, como árabe, chino, búlgaro, rumano, wolof, persa, suahilí; o inglés, francés, alemán, portugués o italiano, por ejemplo. No mencionará, posiblemente, el sistema de comunicación de la comunidad sordomuda, esto es, las lenguas de signos que existen en España, de las que, desde 2007, son oficiales la catalana y la castellana. Y, por supuesto, aparte quizá del asturiano, no citará seguramente más lenguas no oficiales, como puedan ser el aranés o el aragonés, reconocidas sin embargo en sus respectivos estatutos de autonomía. Plantearse en estos momentos la naturaleza lingüística del andaluz puede resultarle a nuestro hablante bastante extraño, incluso aunque toda su familia provenga, pongamos por caso, de Málaga.
Y es que no es fácil acordar un concepto para definir lo que es una lengua. En primer lugar, porque al hablante nativo (y al experto lingüista) le resulta sumamente complicado eliminar los prejuicios que forman parte de la concepción metalingüística de la sociedad en la que se ha criado, como por ejemplo, la oposición lengua vs. dialecto. ¿Qué es una lengua? ¿Qué es un dialecto? ¿Tiene que poder escribirse un dialecto para poder ser considerado lengua? ¿Tiene que tener un país, una nación, un Estado, un ejército para que sea lengua? ¿Es obligatorio que cuente con una gramática y un diccionario? No es fácil responder a estas preguntas y mucho menos si nunca nos las hacemos porque damos por hecha la respuesta.
En segundo lugar, también resulta complicado delimitar qué es una lengua porque la natural condición etnocéntrica del ser humano permite, entre otras cosas, que un mismo idioma sea denominado de distintas maneras, dependiendo del pueblo que se refiera a él.

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EL ENSAYO 

Casi todos los ensayos modernos están escritos en prosa. Si bien los ensayos suelen ser breves, también hay obras muy voluminosas como la de John Locke Ensayo sobre el entendimiento humano.
En países como Estados Unidos o Canadá, los ensayos se han convertido en una parte importante de la educación. Así, a los estudiantes de secundaria se les enseña formatos estructurados de ensayo para mejorar sus habilidades de escritura, o en humanidades y ciencias sociales se utilizan a menudo los ensayos como una forma de evaluar el conocimiento de los estudiantes en los exámenes finales, o ensayos de admisión son utilizados por universidades en la selección de sus alumnos.
Por otra parte, el concepto de "ensayo" se ha extendido a otros ámbitos de expresión fuera de la literatura, por ejemplo: un "ensayo fílmico" es una película centrada en la evolución de un tema o idea; o un "ensayo fotográfico" es la forma de cubrir un tema por medio de una serie enlazada de fotografías.
El ensayo literario se caracteriza por su amplitud en tratar los temas. La mayoría parten de una obra literaria pero el ensayo literario no se limita a su estudio exclusivo. Es un texto subjetivo donde se combinan la experiencia del ensayista, hábitos de estudio, trabajo literario y opiniones de una persona que muestra interés en la literatura. Los ensayos literarios tienen características comunes: subjetividad, sencillez y estilo del ensayista. Así busca resaltar el punto de vista, reflexiones literarias y pensamiento del autor.  En cambio el ensayo científico trata un tema del campo de las ciencias formales, naturales y sociales con creatividad, logrando una combinación del razonamiento científico con el pensamiento creativo del ensayista. En el ensayo científico se toma de la ciencia la meta, que es buscar y explorar la realidad en busca de la verdad. Del aspecto artístico toma la belleza y la expresión a través de la creatividad sin descuidar el rigor del método científico y la objetividad de las ciencias.
El ensayo es una pieza escrita que pertenece al género literario. Esta se caracteriza por el desarrollo de un tema de manera libre y personal. Comúnmente, se escriben ensayos para manifestar una opinión o una idea, y la pieza escrita no se rige a una estructura de redacción específica ni tiene que documentar sus puntos de vista exhaustivamente.
A diferencia del texto científico, el ensayista no debe sustentar sus puntos de vista con pruebas verificables, sino que se limita a expresar su percepción acerca de un determinado tema, de ahí que no todos los ensayos tengan citas o bibliografía.

Tipos de ensayo

Aunque todos los ensayos responden a la voluntad personal de un autor de expresar sus puntos de vista acerca de un tema, se suelen dividir los ensayos en críticos, argumentativos, y expositivos. Pero como todo ensayo se basa en argumentos, es expositivo y argumentativo a la vez, y al mismo tiempo es crítico, ya que juzga una determinada cuestión.
También se suman a esta lista los ensayos literarios y los científicos, pero en general todos responde a la misma vocación de expresar puntos de vista personales acerca de un tema particular, ya sea partiendo de una obra literaria, de un texto dramático, de una causa social, de una anécdota personal, de una película de cine, de un diario de viajes, o de un punto de vista político o religioso, entre otros miles de posibles temas. 

Los ensayos, a diferencias de textos académicos como las tesis de investigación o monografías, no requieren de seguir un método científico de investigación para ser realizados, pero sí de una gran habilidad de expresión y argumentación por parte de su
 1. Un ensayo es una mezcla entre el arte y la ciencia, es decir, tiene un elemento creativo literario- y otro lógico - de manejo de ideas-. En esa doble esencia del ensayo (algunos hablarán por eso de un género híbrido) es donde radica su potencia y su dificultad. Por ser un centauro mitad de una cosa y mitad de otra, el ensayo puede cobijar todas las áreas del conocimiento, todos los temas. Sin embargo, sea el motivo que fuere, el ensayo necesita de una "fineza" de escritura que lo haga altamente literario. 

2. Un ensayo no es un comentario (la escritura propia de la opinión) sino una reflexión, casi siempre a partir de la reflexión de otros (esos otros no necesariamente tienen que estar explícitos, aunque, por lo general, se los menciona a pie de página o en las notas o referencias). Por eso el ensayo se mueve más en los juicios y en el poder de los argumentos, no son opiniones gratuitas. En el ensayo se deben sustentar las ideas, mejor aún, la calidad de un ensayo se mide por la calidad de las ideas, por la manera como las expone, las confronta, las pone en consideración. Si no hay argumentos de peso, si no se han trabajado de antemano, el ensayo cae en el mero parecer, en la mera suposición.

3. Un ensayo discurre. Es discurso pleno. Los buenos ensayos se encadenan, se engarzan de manera coherente. No es poniendo una idea tras otra, no es sumando ideas como se compone un buen ensayo; es tejiéndolas de manera organizada; jerarquizando las ideas, sopesándolas (recordemos que ensayo viene de  “exagium”, que significa, precisamente, pesar y medir, poner en la balanza). Si en un ensayo no hay una lógica de composición, así como en la música, difícilmente los resultados serán aceptables. De allí también la importancia de un plan, de un esbozo, de un mapa-guía para la elaboración del ensayo.

4. En tanto que discurso, el ensayo requiere del buen uso de los conectores (se debe disponer de una reserva de ellos); los conectores son como las bisagras, los engarces necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Existen conectores de relación, de consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir o para enfatizar. Y a la par
de los conectores, es indispensable un excelente manejo de los signos de puntuación. Gracias a la coma y al punto y coma (este es uno de los signos más difíciles de usar), gracias al punto seguido, es como el ensayo respira, tiene un ritmo, una transpiración. Es el conocimiento inadecuado o preciso de los signos de puntuación lo que convierte a nuestros ensayos en monótonos o livianos, interesantes o densos, ágiles o farragosos.

Hay dos grandes tipos de ensayos: uno línea Montaigne (pueden leerse, por ejemplo, "De cómo el filosofar es aprender a morir”, "De la amistad" "De los libros"); y otro, línea Bacon (léanse al menos dos: "De los estudios", "De las vicisitudes de las cosas"). En el primer caso el ensayo es más subjetivo, abunda la citación - de manera muy propia- ; en el segundo, el ensayo es más objetivo, y no hay ninguna referencia explícita, o son muy escasas. Tanto Montaigne como Bacon son maestros para desarrollar las ideas. Tanto uno como otro hacen lo evidente, profundo; lo cotidiano, sorprendente. Ambos apelan a otras voces, ambos recurren al pasado -a otros libros- para exponer sus puntos de vista. Ambos emiten un juicio: se aventuran a exponer su pensamiento. Es importante releer a estos dos autores; fuera de ser un goce y un reencuentro con la buena prosa, son ensayosmodelo, aprovechables por cualquiera que desee aprender o perfeccionar su escritura ensayística. En el mismo sentido, deberíamos apropiamos de la creación ensayística de Emerson y Chesterton, recomendada una y otra vez por Jorge Luis Borges.

Otros ensayos exquisitos son los escritos por Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Un mexicano y un dominicano. Ensayos de peso con profundidad y sobre todo, realizados con todos los recursos literarios y el poder de la imaginación. Quién que haya leído "Notas sobre la inteligencia americana” de Reyes, o "Seis ensayos en busca de nuestra expresión" de Ureña, no ha sentido como una revelación de la escritura potente, de la escritura gestora de mundos. Hay una "marca de estilo” en estos dos ensayistas. Una "impronta" personalísima, que pone al ensayo en el mismo nivel del cuento o el poema. Cuando uno lee los ensayos de Reyes o de Ureña, lo que lee - además de un pensamiento vigoroso- es una excelente literatura.

Reyes y Ureña son los iniciadores, por decirlo así, de una larga tradición que va hasta Sábato y Borges. Consúltese la compilación “El ensayo hispanoamericano del siglo XX”, hecha por John Skirius; en ese texto se condensan voces de ensayistas latinoamericanos valiosos: Manuel González Prada, Fernando Ortiz, José Carlos Mariátegui, Ezequiel Martínez Estrada, Luis Alberto Sánchez, Germán Arciniegas, Arturo Uslar Pietri, Eduardo Caballero Calderón, Enrique Anderson Imbert...y por supuesto, Octavio Paz, Julio Cortázar y Gabriel García Márquez. Puede mirarse, de igual manera, la selección hecha por José Luis Martínez, “El ensayo mexicano moderno”; en este libro resaltan los ensayos de José Vasconcelos, Ramón López Velarde, Julio Torri, Xavier Villaurrutia, Jorge Cuesta, Edmundo O'Gorman y Leopoldo Zea, entre otros. Y para una perspectiva más nuestra, sería Interesante y necesario conocer la selección elaborada por Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo-Borda, “Ensayistas colombianos del siglo XX”; en esta selección
descubriremos voces poco conocidas, la de Baldomero Sanín Cano ("De lo exótico", "La civilización manual") y la de Hernando Tellez ("La originalidad literaria”, "Traducción"). Basten estos textos y estos autores para mostrar cómo hay una enorme tradición en la producción ensayística. Tómense, entonces, como abrebocas o "textos de iniciación".

¿Cuál es su clasificación?


Ensayo poético o literario: en este lo poético predomina sobre lo conceptual. Se ve el mundo, el paisaje y a los hombres a través de la sensibilidad del autor. Ejemplo: Otras inquisiciones de Jorge Luis Borges.

Ensayo de exposición de ideas: es aquel cuyo propósito es comunicar al lector una serie de ideas de carácter científico, político, filosófico, social, etc. Por ejemplo, América en Europa de Germán Arciniegas. También puede consultarse la selección elaborada por Jorge Eliécer Ruiz y Juan Gustavo Cobo Borda, publicada por Colcultura, titulada Ensayistas colombianos del siglo XX.

Ensayo analítico – crítico: en este ensayo se analiza y enjuicia con profundidad una idea, una obra o alguna actividad humana. Por tanto, no es la suma de primeras impresiones o de opiniones sin fundamento. Son representativos en este campo los ensayos de Ortega y Gasset, La historia de un deicidio de Vargas Llosa, La poesía inconclusa de Andrés Holguín, entre otros.

Ensayo argumentativo: es un discurso argumentativo que presenta la opinión del autor acerca de un tema, con el propósito de persuadir o convencer al lector. Dicha opinión debe sustentarse por medio de argumentos relevantes, sólidos y contundentes. Para ello, se pueden utilizar ejemplos, citas textuales, comparaciones, explicaciones, definiciones, descripciones, entre otras formas.

¿Cuál es la superestructura?


Título: el título identifica el tema o macroestructura del ensayo a tratar y debe siempre guardar relación literaria y de contenido. Sin embargo, el título puede ser metafórico y no siempre ser descriptivo o informativo de manera literal.

Introducción: el escritor cautiva la atención del lector y se presenta el tema. En esta parte se guía al lector para que sepa de qué se tratará el ensayo sobre el que se argumentará.

Desarrollo: cuerpo del ensayo en donde se sustenta la tesis y exponen las ideas, a partir de argumentos, criterios y juicios de valor.

Conclusiones: parte del texto que permite reexaminar la tesis y establecer inquietudes, afirmaciones y apreciaciones que conduzcan a motivar e incentivar nuevas lecturas e interpretaciones sobre el asunto desarrollado en el ensayo.
 


LA  ESCRITURA EN LAS REDES SOCIALES

1.1. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Hoy en día las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación importante. Por lo tanto, no por estar hablando por medio de una red social o un chat significa que la educación y la formalidad se pierdan. Mucha gente piensa que escribir una palabra en altas y bajas (EjEmPlO), abreviar todo lo que se escribe (cmo, dnde, tmb), o cambiar la letra q por k, “por” por “x”, etc., los hacen entrar a la “onda cibernética”.
¿Se ha convertido la ortografía en la víctima inocente de la escritura a través de las redes sociales? Los adolescentes y jóvenes ¿cometen más faltas de ortografía por la influencia de las redes sociales o es un problema de actitud, de desatención, en general?
Son muchos los que

1.4. JUSTIFICACIÓN DE LA INVESTIGACIÓN


En este trabajo, nuestra intención es comprobar cómo esta nueva forma de comunicación está influyendo en el lenguaje de estos jóvenes y cómo se está resintiendo su forma de escribir, especialmente la ortografía que se ha convertido en la víctima inocente sobre la que recaen las consecuencias involuntarias de estos nuevos medios comunicativos. Tenemos que ser conscientes de que se está generando un nuevo lenguaje en el que no importa la gramática, la ortografía, la puntuación ni la sintaxis. Las únicas reglas importantes consisten en ser rápidos, breves, precisos. Esta nueva escritura en las redes sociales no tiene tiempo para la reflexión su única preocupación es transmitir y ser eficaces en su comunicación.

El tema de la ortografía en las redes sociales es realmente al
go polémico para algunos, mientras que para otros es un asunto en el cual ni siquiera llegan a pensar en algún momento.
Los lingüistas aseguran que no existe “lenguaje incorrecto” siempre y cuando se use en el contexto correcto, es decir, que se respete su registro y su uso en la región donde se esté utilizando. No obstante, hablemos el día de hoy sobre la relación que tienen las redes sociales en la deformación del lenguaje y cuál es la importancia que tienen en la adquisición de este.
Si vemos un poco en la historia, las primeras deformaciones en la escritura registrada en medios electrónicos surgieron a partir del año 1992, cuando se mandó el primer mensaje de texto vía teléfono celular. Tales cambios en un principio surgieron tras la necesidad de crear abreviaturas con el fin de ahorrarse caracteres a fin de no exceder el máximo de caracteres y evitar el cobro de dos mensajes de texto. Las primeras que se registraron fueron K (¿qué?), PQ (¿ por qué?) y ¿? (qué pasa).
En la actualidad, el lugar donde se observan estas variaciones lingüísticas con mayor frecuencia es en las ya muy conocidas redes sociales, espacios virtuales sin cesura, sin patrones de escritura y, por lo tanto, sin exigencia alguna en cuestión de ortografía. Las más conocidas son, por supuesto, Facebook y Twitter, ambas con gran potencial para la comunicación actual. No obstante, la libertad de la escritura promueve la falta de interés por la buena ortografía y comúnmente nos encontramos con usuarios que ezcriven azzii; lo grave no es tanto la forma de escritura que cada quien tenga, sino que los niños que están en etapa de adquisición del lenguaje se encuentran expuestos a estos hábitos de escritura poco ortodoxos.
Un factor importante que contribuye al uso de abreviaturas o alteraciones en Twitter es la limitada cantidad de caracteres permitidos para una publicación, pues el usuario debe intentar expresar todo lo que pretende decir en un máximo de 140 caracteres. Ante esta situación, se crea la necesidad de encontrar la forma de resumir una idea por lo que caemos de nueva cuenta en abreviaturas como las ya mencionadas q?, pq?, tmb, vdd?, etc.

Para quien está en una edad por encima de los 25, esto puede llegar a ser hasta cierto punto aceptable, pues se entiende que estas generaciones cuentan ya con las bases necesarias a nivel cognitivo de una escritura adecuada. Sin embargo, se puede observar una evidente deficiencia en la ortografía de los que ahora rondan por la edad de 12 o 13 años. DNA Translation señala: “Esta situación ha crecido de forma exponencial […] esto debe prender focos de alarma, ya que de seguir así esta tendencia afectará significativamente el aspecto educativo”.

El problema está ahí y es evidente. Ahora la pregunta es qué hacer ante esta situación y cómo atacar el problema desde la raíz. La solución no es eliminar la tecnología de nuestras vidas ni de la enseñanza, sino capacitarnos para poder ayudar a las generaciones en etapa escolar a poner atención en su escritura.

La tecnología nos ha envuelto, estamos inmersos en ella por completo y es algo que no podemos evitar, pues nos facilita la vida y nos ayuda a optimizar tiempo y dinero. ¡Es una excelente herramienta que ha llegado a nuestras vidas! Lo importante es saber darle un uso adecuado, educar a nuestros niños sobre el correcto uso de esta y, sobre todo, ocuparnos de la educación de las generaciones venideras para mantener viva la buena costumbre de una escritura correcta. ¡Amemos nuestra lengua, pues debemos cuidarla, valorarla y sobre todo, conservarla!

LA RESEÑA


Una reseña es una evaluación o crítica constructiva, que puede ser positiva o negativa que depende de lo que el crítico analice, de objetos tales como un videojuego, película, una caricatura, una composición musical, un libro; un equipo, como un automóvil, electrodoméstico o computadora; o un evento, como un concierto, una exposición o una obra de teatro. El autor puede asignar al objeto criticado una calificación para indicar su mérito relativo con el objetivo de aproximar a los lectores hacia lo descrito. En su contenido debe reflejar la interpretación y evaluación crítica de quien la realiza, para evitar sesgos de carácter personal.
En la publicación científica, una reseña consiste en un análisis de una o varias obras científicas y su relevancia en la investigación de un tema en determinado momento. Normalmente se trata de una revisión por pares, proceso por el cual los científicos evalúan el trabajo de sus colegas que han sido presentados para ser publicados en alguna editorial académica. Hay diferentes tipos de reseña una de ellas es la reseña literaria las cuales son un buen medio como recomendar novelas
Una reseña es una narración breve y compendiosa. El término suele utilizarse para nombrar al examen que se realiza de una obra científica, un libro, una película, un disco, etc., y que se publica en un medio de comunicación o a nivel académico.
Una reseña es una narración breve y compendiosa. El término suele utilizarse para nombrar al examen que se realiza de una obra científica, un libro, una película, un disco, etc., y que se publica en un medio de comunicación o a nivel académico.
Por ejemplo: “Ayer leí la reseña sobre la nueva película de Gus Van Sant: parece que es muy buena”, “El escritor se mostró furioso con el crítico literario por la reseña de su última novela”, “La profesora me pidió una reseña sobre la obra de Charles Dickens”.
Puede decirse, a nivel general, que la reseña es una nota que describe o resume los aspectos más salientes de un texto o de un contenido audiovisual, lo que ayuda a que el lector conozca la obra en cuestión con mayor profundidad, aún antes de tener acceso directo a ella. Es decir, la persona que lee una reseña sobre una película se informa sobre su argumento y acude a la sala sabiendo de qué se trata.
La reseña pretende ofrecer una visión panorámica (general) y crítica sobre el objeto reseñado. Se trata de textos descriptivos-informativos que pueden despertar el interés del lector (para ver una película, leer un libro, escuchar un disco, acudir a un evento) o disuadirlo.
La organización de la reseña incluye una estructura argumentativa, que comienza con una introducción del objeto a tratar, sigue con una toma de posición por parte del autor (argumentando y justificando su opinión, ya sea favorable o negativa) y concluye con una reafirmación de la posición adoptada.

Consejos para elaborar una reseña literaria

A la hora de escribir una reseña de un libro, es importante basarse en un método sólido y ordenado, para no dejar fuera ningún punto y conseguir comunicar a los lectores el impacto que la obra nos ha causado. Lo primero que muchos expertos recomiendan es crear un borrador con los temas que deseamos tratar y un boceto de la estructura que queremos dar al trabajo.

Para atraer a los lectores desde la primera línea de una reseña, existen diversos trucos: uno de ellos es incluir una cita del libro, una frase que les genere intriga, que los atrape y no les permita dejar el texto; otra táctica muy común consiste en presentar una pregunta que no pueda ser respondida completamente hasta haber leído todo el artículo. Este último recurso es muy usado en reseñas de todo tipo; veamos un ejemplo: «¿Será esta la obra que finalmente nos muestre la cara más oculta de este enigmático escritor?».

Una reseña es una narración breve y compendiosa. El término suele utilizarse para nombrar al examen que se realiza de una obra científica, un libro, una película, un disco, etc., y que se publica un medio de comunicación o a nivel académico.

Por ejemplo: “Ayer leí la reseña sobre la nueva película de Gus Van Sant: parece que es muy buena”, “El escritor se mostró furioso con el crítico literario por la reseña de su última novela”, “La profesora me pidió una reseña sobre la obra de Charles Dickens”.

Puede decirse, a nivel general, que la reseña es una nota que describe o resume los aspectos más salientes de un texto o de un contenido audiovisual, lo que ayuda a que el lector conozca la obra en cuestión con mayor profundidad, aún antes de tener acceso directo a ella. Es decir, la persona que lee una reseña sobre una película se informa sobre su argumento y acude a la sala sabiendo de qué se trata.
La reseña pretende ofrecer una visión panorámica (general) y crítica sobre el objeto reseñado. Se trata de textos descriptivos-informativos que pueden despertar el interés del lector (para ver una película, leer un libro, escuchar un disco, acudir a un evento) o disuadirlo.La organización de la reseña incluye una estructura argumentativa, que comienza conna introducción del objeto a tratar, sigue con una toma de posición por parte del autor (argumentando y justificando su opinión, ya sea favorable o negativa) y concluye con una reafirmación de la posición adoptada. Consejos para elaborar una reseña literaria A la hora de escribir una reseña de un libro, es importante basarse en un método sólido y ordenado, para no dejar fuera ningún punto y conseguir comunicar a los lectores el impacto que la obra nos ha causado. Lo primero que muchos expertos recomiendan es crear un borrador con los temas que deseamos tratar y un boceto de la estructura que queremos dar al trabajo.Para atraer a los lectores desde la primera línea de una reseña, existen diversos trucos: uno de ellos es incluir una cita del libro, una frase que les genere intriga, que los atrape y no les permita dejar el texto; otra táctica muy común consiste en presentar una pregunta que no pueda ser respondida completamente hasta haber leído todo el artículo. Este último recurso es muy usado en reseñas de todo tipo; veamos un ejemplo: «¿Será esta la obra que finalmente nos muestre la cara más oculta de este enigmático escritor?».

Otro punto a tener en cuenta es el tema que trata el libro; es importante desarrollarlo de forma adecuada, brindarle al lector las herramientas necesarias para elaborar sus propias opiniones. Además del trasfondo teórico acerca del eje de la obra, se suele mostrar una pequeña pero completa mirada al mundo de la misma, a sus paisajes, a sus personajes, a las historias que viven en sus hojas.

Al leer una reseña, es siempre grato conocer la reacción de su autor al haberse puesto frente a frente con la obra por primera vez; al compartir nuestra experiencia, los sentimientos que despertó el libro en nosotros, nos acercamos más a los lectores, les demostramos que confiamos en ellos. Además, no debemos temer la sinceridad: para que nuestro trabajo sea efectivo, es imprescindible comunicar nuestra verdadera valoración, incluso si esto significa expresar un total desacuerdo con los principios del autor.

Es aconsejable comparar la obra con otros trabajos del mismo autor, o bien con libros relacionados, para dar a la reseña una perspectiva
bien definida. Además, siempre que sea posible, se recomienda encontrar relaciones entre las problemáticas que trata el libro y la situación sociopolítica de su época. Por último, se debe redactar una conclusión para reafirmar nuestra postura e incluir ciertos comentarios que no hayan encontrado su espacio a lo largo de la reseña.